Raiden (Clive Owen) es nombrado heredero de su maestro Bartok (Morgan Freeman), pero este buen momento se empaña cuando el emisario del emperador Mott (Aksel Hennie) lo obliga a decapitar a Bartok, ademas es exiliado y despojado de sus títulos y medios de sustento. Pero aun cuando Mott quiere eliminar cualquier señal del clan de Bartok y su legado, Raiden conspira secretamente un plan audaz para infiltrarse en las fortalezas más impenetrables de Mott y exigir venganza.
A fallen warrior rises against a corrupt and sadistic ruler to avenge his dishonored master.