En una vieja casa aislada, situada en un fantasmagórico paraje campestre de tonalidades pictóricas, un joven (Aleksei Ananichnov) dispensa amorosas atenciones y cuidados a su madre gravemente enferma (Gudrun Geyer). En el que quizá sea su último paseo juntos, él la lleva en brazos, y ambos evocan melancólicamente el pasado.