Gloria, una muchacha “muy de hoy”, que reúne a la gracia, la belleza de su juventud, es un torrente contagioso de alegría de vivir. Sí, tiene un defecto -¿cómo no iba a tenerlo?-: Gloria hace las cosas primero y las piensa después... Siguiendo el precepto evangélico: “deja todo cuanto posees y sígueme”, Gloria se siente “tocada por el dedo de Dios”. Resumiendo en cuatro palabras: “Se mete a monja”. Abandona su ganadería andaluza y entra en un alegre convento sevillano. Pero Allá Arriba, muy por encima de la Giralda, han dispuesto las cosas de manera distinta; aunque de momento “dejan hacer” a Gloria...