Película de Nadia Tass (2000) que narra la vida de Helen Keller, una niña que desarrolló una sordoceguera a causa de unas fuertes fiebres cuando sólo contaba con 19 meses.
Habiendo crecido sin un modo eficaz de comunicarse y relacionarse con su entorno, Helen acabará acumulando una rabia que desembocará en un comportamiento salvaje imposible de enfrentar, que llevará a su familia a plantearse la posibilidad de trasladarla a un internado. Sin embargo, como última esperanza, deciden contratar a una tutora privada para ella.