Margarita, la hija de una matrimonio ya maduro de la Perugia italiana, conoce a Paolo Mancini, con quien contrae matrimonio siendo todavía una adolescente.
Paolo es un violento pendenciero por quien Margarita siente un amor tan profundo que es capaz de cambiar el carácter de su marido y que se olvide de peleas y ataques a los habitantes de la región.
Sus dos hijos gemelos son recibidos como una bendición de Dios a un matrimonio que empieza a vivir feliz. Pero los enemigos de Paolo no olvidan y un día lo asesinan a las afueras del pueblo.
Rita, consciente de que sus propios hijos vengarán la muerte de Paolo, tarde o temprano, pide a Dios que ambos encuentren la muerte antes de convertirse en asesinos. Su plegaria se cumple y los gemelos mueren de una extraña enfermedad poco después.
Rita, desolada por la realidad de la gravísima pérdida, decide ingresar en un convento, pero la madre superiora no acepta su petición al ver que a Rita la mueven, principalmente, una pena y un dolor que la llevan al borde de la muerte... hasta que Rita escucha la voz del mismísimo Dios.