Martín nació el 9 de diciembre de 1579, en Lima, Perú; aprendió a leer, escribir y el oficio de barbero que desempeñó siendo hermano de la orden de Santo Domingo a la que ingresó a los quince años y en la que hasta los 24 años profesó como religioso. Sus conocimientos curativos y un gran don para efectuar milagros, le valieron para asistir a tantas personas que corrió la fama rápidamente. Martín realizaba curaciones y asistía solícitamente a cuantos llegaban a él, fueren nobles o de inferiores castas. Guardaba largos espacios de soledad y silencio en compañía de dios padre. Cultivaba la tierra en la que sembraba hierbas medicinales que le permitían sanar los cuerpos. Como Francisco de Asís y otros tantos, el santo limeño ha pasado a la historia lleno de anécdotas y leyendas. Fue canonizado el 6 de mayo de 1962 por Juan XXIII.