El tramposo Alvaro y su cómplice Mariana engañan al poderoso ranchero Lazaro quitandole una camioneta y un valioso caballo al que pintan de negro para despistar y lo nombran Satanas.
Un veterinario delata el escondite de los estafadores y Lazaro llega hasta ellos recuperando su caballo, luego lo expone a muerte a una corrida de toros y Alvaro se humilla ante el para salvar a Satanas pues le había tomado mucho cariño.