Todo sucede a partir de una noche en que el trompetista Alirio Guaramato, entre los estragos de una feroz borrachera, intenta desahogar sus penas tocando su instrumento y logra, por accidente, emitir la nota exacta reservada a los querubines que con las trompetas celestiales deberán resucitar a los muertos El Día del Juicio Final.
La naturaleza se estremece ante tal acontecimiento fuera de tiempo y lugar. En el cementerio cercano se rompen los sellos de una lápida en el panteón familiar de Los García y resucita Antonieta, quien había muerto a los ochenta años pero extrañamente reaparece con la lozanía de los 20.
Antonieta García se convierte, sin proponérselo ni entenderlo, en la realización viviente de la utopía que todos -especialmente después de cierta edad- acariciamos casi inevitablemente.
Aturdida aún, Antonieta decide buscar una dirección que permanece en la laguna de su memoria y llega así al apartamento donde vive su nieta Mónica, soltera de 28 años. Mientras tanto, “desde lo alto” y enviado por el propio Creador, ha descendido El Ángel huraño llamado Jazzaboalnitanken -Jazz para los amigos- con la misión de restablecer a toda costa el Orden Universal que ha sido roto...