En plena postguerra, Pepita (María León), una joven cordobesa, abandona su aldea y viaja a Madrid para estar cerca de su hermana Hortensia (Inma Cuesta) que está embarazada y en prisión. Una vez en la capital, se enamora de Paulino (Marc Clotet), un valenciano de familia burguesa que sigue luchando en la sierra de Madrid. Hortensia es juzgada y condenada a muerte, pero la ejecución no se llevará a cabo hasta después del parto. Pepita intenta por todos los medios que le condonen la pena y, al mismo tiempo, hace también cuanto está en su mano para que le entreguen el niño a ella en lugar de darlo en adopción o enviarlo a un orfanato.