En general, todo el juego ha visto su aspecto gráfico llevado a un nivel más sofisticado, con escenarios más detallados y complejas estructuras donde se desarrollarán las masivas batallas. Supreme Commander siempre tuvo la virtud de ser visualmente impresionante en algunos momentos, cuando enormes ejércitos de tanques, robots y vehículos de todo tipo colisionaban en medio de grandes explosiones y un aparente caos. Ahora ese efecto se verá multiplicado por el detalle gráfico añadido en la secuela, que se deja notar incluso en los efectos visuales que aportan ese toque extra de caos y satisfacción que nunca están de más en ningún juego por técnico que sea -siempre que no perjudique a los aspectos importantes a controlar en el campo de batalla-