Son dos de los cómicos más emblemáticos de la historia del cine. Uno gordo, decidido, gruñón y sabelotodo. El otro, delgaducho, ingenuo, un poco cobarde y excesivamente sensible. No te resistas y recupera la sonrisa con Stan y Ollie. Son como dos universos opuestos, pero ya es imposible imaginar a uno sin el otro. Porque juntos forman una pareja increíble: nadie como ellos es capaz de crear situaciones tan divertidas a partir de acciones en apariencia simples, como clavar un clavo, mover un mueble o echar un sueñecito. Inoportunos como pocos, patosos hasta decir basta y, a la vez, profundamente entrañables, Stan Laurel y Oliver Hardy han conseguido algo inaudito: provocar la risa a distintas generaciones con sus simpáticas ocurrencias y un particular sentido del humor que ha demostrado resistir totalmente el paso del tiempo y seguir perfectamente vigente en pleno siglo XXI.