No es una obra pensada para niños: hay demasiada melancolía, alusiones veladas, referencia a la soledad buscada, carencias e insatisfacciones. Pero al tiempo las hojas melancólicas conviven con las otras, luminosas, brillantes, a partir de las modestas maravillas cotidianas. ´Este breve libro, en donde la alegría y la pena son gemelas, cual las orejas de Platero, estaba escrito para... ¡qué sé yo quién!´.