Por esas cuestiones de la industria cinematográfica los filmes de Estados Unidos y Europa no nos provocan extrañamiento alguno, a los iraníes nos vamos acostumbrando, pero una película de Perú - ese país que figura en el mapa al oeste de Bolivia, límite norte de la Argentina- es una curiosidad. La historia de Anda, corre, vuela nos muestra una capital (Lima) caliente por los enfrentamientos entre terroristas de Sendero Luminoso y las fuerzas represivas del Estado. En ella existen grupos de niños y jóvenes, casi sin recursos, que campean la crisis y la violencia cotidiana como pueden. Gregorio y Juliana no se conocen. Cronológicamente acaban de salir de la adolescencia, son veinteañeros, pero han madurado a fuerza de experiencias duras en esta ciudad latinoamericana. El trabaja en una estación de servicio y ella encabeza un grupo de niños que vende flores en las calles. Un hecho delictivo que los coloca en el centro de la lucha entre policías, delincuentes comunes y terroristas los unirá, no sin antes - tal como lo dice el título del filme - tener que andar a las corridas por la ciudad. Esta puesta completa una serie realizada por el Grupo Chaski bajo el título Trilogía Peruana, formada además, por los filmes Gregorio (1983/4) y Juliana (1988/89). Gran parte del elenco de Anda, corre, vuela está compuesto por niños de las calles de Perú, en este sentido aunque el filme lleva las marcas del género policial convencional, también documenta la dura vida urbana limeña, sobretodo la que llevan niños y jóvenes de clase social baja.