Viciosos, los hay en todas partes, pero como en todo, tienen que haber un límite y en ésta casa parece que nadie sabe donde está, ni ganas de saberlo. Ni el abuelo, ni la nieta, ni el marido y su amante, ni la mujer y el suyo, ni los utensilios que utilizan para darse el máximo placer. En definitiva ver esta película es puro vicio..