Gracias a un pequeño gato, pronto se convertirá en el gran marqués de Caravas, desposará a la hija del rey y será feliz para siempre. A la muerte del molinero, su herencia fue repartida entre sus tres hijos. El mayor heredó el molino, el segundo recibió el asno, el gato fue para el más pequeño. ¿Para qué quiero yo un gato? Se preguntó. No se me enfade, deme un par de botas y un gran bolso y verá que fortuna, amor y bienestar yo le daré, dijo el gato. Así comienza uno de los cuentos infantiles más maravillosos que se ha transmitido de padre a hijos, de generación en generación y que Cannon International Group recrea magistralmente en esta magnífica realización cinematográfica.