Su trama es bien sencilla: un día cualquiera en la vida de un empleado en una pequeña tienda de autoservicio. Partiendo de una base tan simple, la película consiste casi exclusivamente en hora y media de ágiles y rápidos diálogos, en un único escenario, el supermercado, rodados en blanco y negro con una estética totalmente minimalista, haciendo de la necesidad virtud, ya que el presupuesto de la cinta era verdaderamente reducido.