Había nacido en Detroit...en una línea de montaje de automóviles. Pero no es un coche cualquiera. En el fondo de su chasis se alojaba el mismísismo diablo. Es Christine -un Plymouth Fury de 1958-, rojo y blanco, cuyo único equipo "normalizado" comprende un deseo de venganza insaciable, que hiela la sangre a cualquiera y destruye todo aquello que encuentra en su camino... (FILMAFFINITY)
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"Un coche con vida propia es el centro de este film de terror progresivo elaborado con veteranía por Carpenter, a partir de un espeluznante relato de King" (Omar Khan. Cinemanía)