Silvio Lisboa tiene mucho dinero y desde hace un año una amante, la famosa y reconocida interiorista Clàudia Riera
El hombre tiene también una fijación: quedar a escondidas con ella en la habitación 1817 del hotel Princesa Sofía
Silvio vive, precisamente cerca del hotel, una vida convencional con Marcia, su mujer, una neurótica ociosa que sólo encuentra alivio en los mates de coca con una aspirina que le prepara Mariela, su asistenta peruana
Pero la tranquilidad familiar se ve súbitamente trastornada cuando una llamada de un diario anuncia la inminente visita de Claudia, que quiere escribir un reportaje sobre el hogar de los Lisboa
Marcia enloquece preparando el piso y no se olvida de ningún detalle: la ocasión merece la pena
La visita, sin embargo, acaba en tragedia pues Claudia descubre la enfermiza fijación de Silvio
La airada interiorista suspende el reportaje con despecho y da por acabada su clandestina relación amorosa
Marcia no lo puede aguantar y se deprime
Para superar la depresión se hace un lifting y el matrimonio se va unas semanas a Cadaqués
Ella deberá sanar las cicatrices de la operación y él las de la traumática ruptura