Kevin Burke (Skeet Ulrich) es un joven y ambicioso responsable de seguridad de una gran corporación. Cuando es ascendido y se dispone a dar la noticia a su novia, ésta es asesinada. Kevin no descansará hasta encontrar al responsable, descubriendo un complejo entramado en el que está implicado el presidente de su empresa, que ha sido también su padre adoptivo. Atrapado, Kevin sólo podrá demostrar la verdad con la ayuda de la única que le cree: Una policía secreta infiltrada en su empresa. Así comienza un juego mortal en el que nadie es lo que parece y en el que nadie está a salvo.