En Estocolmo, el día de la fiesta de Santa Lucía, un bandido roba audazmente una oficina de correos llena de gente. Después de dos semanas, dos testigos están muertos. Dos policías de la brigada antivicio, Johansson y Jarnebring, que fueron los primeros en la escena del crimen, siguen todas las pistas e identifican a un sospechoso, un miembro de la arrogante élite de la policía secreta, un hombre asignado para proteger al ministro de Justicia.