El despechado y millonario Rogelio (Jose Ortíz de Zárate) dejó al morir una gran fortuna a su ahijada Carita (Beatriz Ramos), con la condición de que solamente podrá disponer del dinero hasta quedar viuda. Tal situación les ha causado un tremendo disgusto tanto a sus padres Valeriano (Joaquin Pardavé) y Tomasa (Emma Roldan) como a su novio Luis (Carlos López Moctezuma), quien para no perder a su amada recurre a Hidalgo (Julián Soler) un ingenioso amigo que le ofrece una gran solución, casarla con un enfermo moribundo. A Lázaro (Arturo de Córdova) le quedan pocos días de vida, pero tras la boda se reanima al ver las piernas de su esposa Carita. La indignación de sus padres y su novio es tanta que comienzan a planear su muerte, sin imaginar que Lázaro es un impostor.