Cercana su jubilación, Burt Simpson (Dabney Coleman) descubre que tiene una enfermedad que le matará en cuestión de días. Acabará descubriendo que solo le pagaran el seguro de vida si muere en acto de servicio. Queriendo dejarles algo a su mujer y a su hijo, Simpson se convertirá en un superpoli, ignorando el peligro e intentando todo lo posible para que le maten.