El siempre provocador John Waters se acerca a conmociones cerebrales y adicción al sexo en unos personajes de la clase trabajadora de Baltimore. Hay lujuria en el aire de Hartford Road y a Sylvia Stickles, una mujer malhumorada y reprimida de mediana edad, no le gusta nada. Aunque el marido de Sylvia todavía tiene "impulsos matrimoniales", a Sylvia no le interesa lo más mínimo: tiene trabajo que hacer. ¿No es suficiente el hecho de llevar la tienda de comestibles de la familia y preparar comidas equilibradas para su exhibicionista hija Caprice? Tras alterar el orden público saliendo desnuda en varias ocasiones, Caprice y sus enormes pechos operados han sido confinados al apartamento que hay encima del garaje de la casa de los Stickles. (FILMAFFINITY)
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"Un golpe contra la América biempensante, ultrarreligiosa y pacata (...) Sin embargo, las intenciones son mucho mejores que los resultados. (...) un estallido de fluidos más travieso que transgresor, como si prefiriese escupir a la cara físicamente en lugar de metafóricamente." (Javier Ocaña - Diario El País)
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"Waters se había moderado en sus últimos títulos y, quizá por lo mismo, ahora que ha hecho su pieza más -guarri- en mucho tiempo... el balance es más bien patético que transgresor. (...) roza la patochada (...) ." (Antonio Weinrichter: Diario ABC)